EL CONFLICTO PURITANO: LA BATALLA POR LA PUREZA DEL
EVANGELIO
El siguiente
escrito es un extracto del sermón predicado por el teólogo Presbiteriano Benjamin
B Warfield ante el presbiterio de New York in 1897. El tema de su presentación
fue “El Significado de los Estándares de Westminster como Credo.” En este extracto Warfield describe el valor
moral, pureza espiritual y claridad teológica de los Puritanos que
participaron en la famosa "Asamblea de Westminster" (1643-1646) en Londres. Los Puritanos tuvieron su lugar en la historia de la Iglesia y la Reforma y nunca mas habra una calidad de hombres del calibre de los Puritanos que mezclaron vigor intelectual y santidad espiritual. Estos son los hombres de la reforma
en Inglaterra en el siglo 17 que cambiaron e influyeron la Reforma y el mundo occidental en teología y política.
Otro detalle importante de notar es que Warfield se refiere a la teología Reformada como la “religión evangélica.” Esto es importante pues hoy en día el término “evangélico” de origen Americano, es anti confesional, divorciado de toda historia reformada y eclesiástica. Son de estos Puritanos Ingleses y Pactantes Escoceses que escribieron las confesiones y catecismos de Westminster.
Otro detalle importante de notar es que Warfield se refiere a la teología Reformada como la “religión evangélica.” Esto es importante pues hoy en día el término “evangélico” de origen Americano, es anti confesional, divorciado de toda historia reformada y eclesiástica. Son de estos Puritanos Ingleses y Pactantes Escoceses que escribieron las confesiones y catecismos de Westminster.
Extracto:
"Este es el
significado de lo que llamamos el conflicto Puritano el cual, desde el lado
teológico, fue nada mas que la última lucha a muerte de la religión evangélica-el
evangelio de la gracia de Dios- para preservarla en sí misma pura, dulce y
limpia en medio de los ataques más insidiosos que podrían ser llevados en
contra de ella-la fuerza de la cual reside sólo en el hecho de
que ahora sus enemigos de antaño se acercaron a ella con la espada en la mano, verdaderamente,
y sin la pérdida de su odio eterno, pero bajo su propia bandera y vestidos con
su propio uniforme.
Fue una batalla a muerte!
[los
Puritanos tenían] una habilidad y cautela de defender lo que fue antes desconocido, y se desarrolló
necesariamente con ellos estas altas cualidades que subyacen en ellos: la agudeza
de la percepción, la claridad de visión, la firmeza de propósito, la precisión
de propósito y del trabajo dinámico directo a la meta esencial.
Los hombres formados en esta escuela no podían contentarse con declaraciones meramente generales de la verdad por la que vivían, y que lo habrían abandonado hace tiempo si tan solo hubieran tenido una débil aprehensión de ella.
Los hombres formados en esta escuela no podían contentarse con declaraciones meramente generales de la verdad por la que vivían, y que lo habrían abandonado hace tiempo si tan solo hubieran tenido una débil aprehensión de ella.
En la vigorosidad del conflicto ellos, los Puritanos, no sólo habían aprendido a declarar el evangelio fuertemente, claramente, y precisamente; pues ellos habían, por así decirlo, perdido el poder de expresar el evangelio de otra manera excepto con claridad, exactitud y fuerza. .. Así que, cuando esta compañía de pastores Puritanos se reunieron juntos [en referencia a Westminster] desde todas las parroquias de Inglaterra de donde se habían guardado para el evangelio, se les ordenó, "Escriban este Evangelio," no podían hacer otra cosa que escribirlo con esa rica integridad que habían alimentado sus propias almas y las almas de sus rebaños en los tiempos de conflicto y, a menudo, casi de desesperación, y con esa precisión, que sólo podía preservar su integridad y poder en presencia de los enemigos violentos e insidiosos a los que habían sido expuestos en su propia experiencia.
Es por esto que los Estándares de Westminster son el producto de tales hombres, que trabajaron en tales circunstancias, encarnando el Evangelio de la gracia de Dios con un esmero, una pureza y una exactitud nunca lograda en otros lugares, y vienen a nosotros como, históricamente, la fijación definitiva en el lenguaje confesional de los principios y enseñanzas de la religión evangélica. Dieciséis siglos de lucha hacia la aprehensión pura del evangelio están detrás de ellos, culminando en esa definitiva proclamación de verdad evangélica que llamamos la Reforma."
Por BENJAMIN B. WARFIELD, Profesor
en el Seminario teológico de Princeton. Predicado el 8 de Noviembre de 1897
traducido por Caesar Arevalo.
1 comentario:
Excelente..!! Debemos tomar el Legado de estos hombres de fe y asirnos fuertemente de estos principios.
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