EL PROPOSITO UNIVERSAL DEL PRESBITERIANISMO
El desconocimiento de la historia de la Reforma lleva a muchos a crearse
una caricatura de lo que es la reforma y específicamente el Presbiterianismo.
La ignorancia rampante entre aquellos que se llaman “reformados” referente a
los verdaderos fundamentos y doctrinas reformadas y presbiterianas es
alarmante. Para muchos evangélicos no confesionales y anabautistas, el hecho de
leer “verdadera religión” y está asociada al Presbiterianismo es sinónimo de “arrogancia”
y “sectarismo.” Pero esta reacción es propia del desconocimiento de porque los
Presbiterianos pactantes llamaban al presbiterianismo, “la verdadera religión.”
El Presbiterianismo original no es nada comparado a los modernos grupos
presbiterianos que se conoce en Latinoamerica. Muchos creen que la PCUSA (denominación
liberal) es el representante de lo que es “presbiterianismo,” pero no es así, la PCUSA hace muchos tiempo
ha desechado, y rechazado no solo su herencia Presbiteriana, pero las doctrinas
fundamentales de lo que es la fe Cristiana. Otros grupos modificaron el “presbiterianismo”
en hacerlo más afín al evangelicalismo, lo cual también es un alejamiento de
sus verdaderas raíces y distintivos.
En todo caso, es necesario que aquellos que están descubriendo el
significado de ser Presbiteriano, conozcan sus raíces, lamentablemente los
mejores documentos están en Ingles, y mi tarea es traducir esos documentos y
hacerlos disponibles al habla hispana.
Para entender lo que es el Presbiterianismo, conozcamos su propósito, y su
alcance. La mejor forma de conocerlo es desde sus documentos originales, como
el de la “Liga y el Pacto Solemne” de 1643:
El preámbulo nos dice acerca de su propósito general, el cual es “la
reforma y la defensa de la religión y la defensa del rey,” esto es en forma de
un contexto pactal a nivel nacional:
“…para la reforma y la defensa de la religión, el honor y la felicidad del Rey, y la paz y la seguridad de los tres reinos de Escocia,
Inglaterra e Irlanda; acordado
por los Comisionados del
Parlamento y de la Asamblea de
Teólogos en Inglaterra, con los
Comisarios de la Convención de
Estados y la Asamblea General de la Iglesia de Escocia; aprobado por la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, y por ambas cámaras del Parlamento, y la Asamblea de Teólogos en Inglaterra, y prestado y suscrito por ellos en el año 1643; y, posteriormente,
por dicha autoridad, prestado y suscrito
por todos los rangos en Escocia e Inglaterra el mismo año; y ratificado por
ley del Parlamento de Escocia en
año 1644. (Y de nuevo renovada en Escocia, con
un reconocimiento de los pecados y
compromisos a los deberes,
por todos los rangos, en el año 1648, y por el
Parlamento, de 1649, y tomado y
suscrito por el rey Carlos II
, en Spey, el 23
de junio 1650, y en Scoon,
el 1 de enero de 1651.)"
También no es enseña que el verdadero Presbiterianismo es un ejemplo
piadoso de un Pacto social, realizado entre
el Parlamento Largo de Inglaterra
y Escocia. El verdadero Presbiterianismo se fundamenta
en la Palabra de Dios y está de acuerdo con las “mejores iglesias Reformadas,”
esto echa por tierra y refuta la absurda acusación que el presbiterianismo es
diferente de la reforma continental y por lo tanto sectario.
"Que, sinceramente, realmente, y constantemente, nos
esforzaremos en nuestros varios puestos y oficios, en la preservación de la religión Reformada
... en la doctrina, el culto, la
disciplina, y el gobierno ... de acuerdo a la Palabra de Dios, y el ejemplo de LAS
MEJORES IGLESIAS REFORMADAS; se esforzará en traer a las Iglesias de Dios
en los tres reinos a la conjunción más
cercana y la uniformidad en religión,
Confesión de Fe, la Forma de Gobierno
de Iglesia, Directorio para el Culto y la catequesis;
... para que el
Señor puede deleitarse a habitar en medio de
nosotros ".
Como vemos
el Presbiterianismo verdadero aspira a una uniformidad de religion, la
Presbiteriana, la Confesión de Fe, la forma de gobierno, y directorio de adoración,
y catequesis, es decir enseñanza sistematiza de la Biblia en forma didáctica.
Pero también,
el Presbiterianismo puro aspira a la “religión pura.” Es decir, a la extirpación
y rechazo de toda religión y fe contraria a la Palabra de Dios. La razón es
simple, evitar el ser participes de los pecados de los hombres, y no ser
castigados por Dios. Pues ya que el Señor es UNO, y UNO Su Nombre, es imposible
que comparta su gloria con ídolos u otros “dioses.”
"II. Que
de igual manera, sin acepción de personas, procuraremos la extirpación del Papado,
del prelado (es decir, el gobierno de la Iglesia por los arzobispos, obispos,
sus cancilleres y comisarios, decanos, decanos y capítulos, archidiáconos, y
todos los demás funcionarios eclesiásticos según en
esa jerarquía), la superstición, herejía, cisma, profanidad, y todo lo que se
encuentre que se oponga a la sana doctrina y al poder de la piedad; no
sea que participamos en los pecados de otros hombres, y por lo tanto estar en
peligro de recibir de sus plagas; y
que el Señor pueda ser uno, y uno su nombre, en los tres reinos."
El
Presbiterianismo también es consciente que los pecados de la nación es una
afrenta a Dios. Es una provocación contra Dios mismo. Por lo tanto es necesario
que profesemos y declaremos ante Dios y el mundo entero, sin miedo, ni titubeos,
nuestros pecados personales y sociales. Esto es fundamental en el
Presbiterianismo. Los pecados sociales tienen sentido en un pacto nacional:
"Y, debido a que estos reinos son culpables de muchos pecados y provocaciones contra DIOS, y su Hijo Jesucristo, como es demasiadamente manifiesto por nuestras angustias y peligros presentes, los frutos de los mismos; profesamos y declaramos, ante Dios y ante el mundo, nuestro sincero deseo de ser humillados por nuestros propios pecados y por los pecados de estos reinos, sobre todo que nosotros no hemos, como conviene, valorado el beneficio inestimable del Evangelio; que no hemos trabajado por la pureza y la eficacia de ella; y que no nos hemos esforzado en recibir a Cristo en nuestros corazones, ni caminar como es digno de él en nuestras vidas; que son las causas de otros pecados y transgresiones que tanto abundan entre nosotros:
Los
Presbiterianos entendían que una verdadera reforma empieza con el individuo,
con el cristiano, y esto implica, humillación y sinceridad, dentro de un pacto
nacional. Solo así Dios apartará su ira e indignación hacia la nación. Y pueda
El establecer iglesias y naciones en paz y verdad:
"y que nuestra verdadero y no fingido propósito, deseo y empeño, para
nosotros mismos, y
para todos los demás bajo nuestro poder y cargo, tanto en público como privado,
en todas los deberes que debemos a Dios y el hombre, sea el enmendar nuestras
vidas, y cada uno ir ante otro en el ejemplo de una reforma real, para que el
Señor puede dar apartar su ira e indignación pesada hacia nosotros, y
establecer estas Iglesias y reinos en verdad y paz. "
La meta
final y particular de los Presbiterianos es que a través de un pacto nacional,
Dios bendiga su iglesia, la nación, los magistrados, y sea de aliento a otras
iglesias que están en persecución por su fe. Vemos entonces que el
Presbiterianismo es una fe total tal como las Escrituras enseñan. Dios
proclamado a todas las naciones. La visión escatológica es la base de este
pacto nacional:
"Y este Pacto que hacemos en la presencia de Dios Todopoderoso, el Buscador
de todos los corazones, con una verdadera intención de realizar el mismo pacto,
así de la manera que vamos a responder en ese gran día, cuando se revelen los
secretos de todos los corazones; humildemente
rogando al Señor que nos fortalezca a nosotros por el Espíritu Santo para este
fin, y para que bendiga nuestros deseos
y procedimientos con tal éxito, así como la liberación y la seguridad de su
pueblo, y aliento a otras Iglesias cristianas, que están gimiendo bajo o en
peligro del
yugo de la tiranía anticristiana, a que participen en el mismo pacto, o como
asociación y en un pacto, para la gloria de Dios, la propagación del reino de
Jesucristo, y la paz y tranquilidad de los reinos y repúblicas cristianas
".
Es evidente
entonces que el verdadero Presbiterianismo busca la gloria de Dios para su
iglesia y la nación. Esto a través de un pacto nacional, el cual es la manifestación
tangible de la gran comisión. Una búsqueda de Dios en humildad, el obedecer sus
mandamientos, el proteger la “verdadera religión” es decir el evangelio, y el
rechazo de todas herejías, y falsas religiones. Pero también el hacer que el
estado sea el ministro de Dios para el bien de la Iglesia, pues así lo dispuso
Dios.
Samuel Rutherford escribió:
Cristo es la cabeza y única
cabeza de la Iglesia, por lo cual el título Cristo
es antes de todas las cosas,
en quien todas las cosas subsisten,
y es el principio, el primogénito de entre los muertos, y
tiene la preeminencia en todas las cosas;
y él es el único y absolutamente todo esto, con el mismo título él es
la cabeza del cuerpo de la
Iglesia,[Col. 1:17, 18]. (-Samuel Rutherford, derecho divino de la Iglesia-Gobierno, 13-14, 601,
citado en David McKay,
"Desde el Papado a Principio: pactantes
y la Realeza de Cristo"
en Anthony T. Selvaggio, ed. La fe
una vez dada, 140-4)
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