La Confesión Ginebrina fue acreditada al Dr. Juan Calvino en 1536 por
Beza quien dijo que Calvino lo escribió como una formula de doctrina Cristiana
adecuado para la Iglesia Ginebrina. Investigaciones recientes lo atribuyen a
William Farel, compañero de Calvino, pero es indudable que Calvino tuvo una
considerable influencia. Segundo los registros del senado en Ginebra, la
confesión fue presentada por ambos, Calvino y Farel a los magistrados quienes lo recibieron y lo
pusieron aparte para una más minuciosa exanimación.
La Confesión de Ginebra fue publicada el mismo año que Calvino termina
sus Institutos (1536):
VII, LA JUSTICIA EN JESUS
"Por lo tanto,
reconocemos que las cosas las cuales son consecuentemente dada a nosotros por
Dios en Jesús Cristo: primero, que estando en nuestra propia naturaleza enemigos
de Dios y sujetos a su ira y juicio, nosotros somos reconciliados con él y
recibidos otra vez en gracia a través de la intercesión de Jesucristo, para que
por su justicia e inocencia nosotros tengamos la remisión de nuestros
pecados, y por el derramamiento de su sangre somos limpiados y purificados de
todos nuestras suciedades."
La frase conectora, “por lo tanto” señala a las
confesiones anteriores (IV al VI) en donde empieza con la naturaleza del hombre
sin Dios, su corrupción espiritual y su inhabilidad de salvarse por si mismo. Y
que solo en Jesucristo, quien sufrió para nuestra redención, podemos recobrar
lo que en nosotros es deficiente. Una vez que entendemos estas realidades de la
naturaleza y condición humana, entonces podemos reconocer las cosas que como
consecuencia de entender nuestra condición, nos son dadas por Dios en
Jesucristo. Dos cosas que debemos tomar en cuenta son: “las cosas que Dios nos
ha dado” y el medio “Jesucristo.” La
pregunta que surge es ¿Cuáles son estas “cosas que Dios nos ha dado”? el mismo
catecismo nos lo dice adelante, “la reconciliación y la remisión de nuestros
pecados.” El catecismo mismo nos dice
que la reconciliación es por medio de Jesucristo y así por él somos recibidos
otra vez en gracia. Esto quiere decir que ya no estamos condenados a causa de
Adam, pero más bien justificados en Jesucristo, por su intercesión. Y esto nos
lleva a que por Su justicia, lo cual nos libera de toda culpa al perdón de
nuestros pecados en Jesucristo, pues el derramado su sangre lo cual nos limpia
y purifica de nuestros pecados.
Leamos ahora lo que Calvino escribió referente a la Justificación
en sus Institutos el cual nos ayudará a entender el tema de la justificación:
2. al contrario, un hombre es justificado por fe cuando, excluido de la justicia de las obras, el por fe confía en la justicia de Cristo, y se viste en él apareciendo a la vista de Dios no como un pecador, pero justo. Así, nosotros simplemente interpretamos la justificación, como la aceptación con la cual Dios nos recibe en su favor como si fuéramos justos; y decimos que esta justificación consiste en el perdón de pecados y la imputación de la justicia de Cristo.4 ...pues Pablo ciertamente designa la justificación por el termino aceptación, cuando el dice a los Efesios, “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado (Efesios 1:5-6).Su significado es el mismo cuando dice en otro lugar “siendo justificados libremente por su gracia” (Rom. 3:24).Pero el pasaje más significativo de este tema es aquel en el cuál él declara la suma del evangelio ser la reconciliación con Dios, quien se complace, a través de Cristo, para recibirnos en su favor no por imputarnos nuestros pecados (2 Cor. 5:18-21).Pablo, como medio de hacer entender que Cristo quien no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, entiende por reconciliación nada más que justificación. Y no hubiera dicho que somos hechos justos por “obediencia” de Cristo (Rom. 5:19) si no fuera que somos considerados justos en la vista de Dios en él y no en nosotros mismos.23. Es enteramente por la intervención de la justicia de Cristo que obtenemos la justificación ante Dios. Esto es equivalente como decir que el hombre no es justo en sí mismo, pero que la justicia de Cristo es comunicada a él por imputación, mientras que el merece estrictamente el castigo [por sus pecados]…esto es declarado mucho mas por el apóstol cuando él dice, que aquel que no conoció pecado fue hecho la victima expiatoria por el pecado, para que podamos ser hechos la justicia de Dios en el [Cristo]. [Cap 11]
Como vemos, el tema de la justificación dada su impotancia en la doctrina Cristiana ha sido bien definida por Juan Calvino lo cual lo expande en sus "Institutos" en relación a la Confesión de Ginebra. Le recomiendo que lo lea varias veces y así comprender la verdadera teología Reformada en torno al tema de la justificación.
Por Caesar Arevalo
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