[ILUSTRACION DE COMO PODRIA HABER SIDO UNA DE LAS REUNIONES DE LOS PACTANTES]
El
Presbiterianismo original viene de los Pactantes del siglo 16 en Escocia.
Ambos son sinónimos, y se usaran en este artículo intercambiablemente. A estos Pactantes también se les conoce como "Presbiterianos
Reformados." Estos Presbiterianos trajeron toda la verdadera herencia Reformada a América y tambien sus doctrinas distintivas.
Una
de los aspectos que se desconoce hoy en día en el “evangelicalismo” y dentro de
las iglesias Reformadas es el espíritu de fervor y entrega de los primeros
Presbiterianos Reformados o "Pactantes" que vinieron de Escocia a América. Es justamente esta actitud fuertemente Presbiteriana Pactante que influyó mucho en la naciente nación, Los Estados Unidos de América.
El siguiente fragmento nos da un cuadro vivo
del primer servicio publico de adoración y comunión de los "Presbiterianos Reformados" (Pactantes) a la llegada del primer misionero Pactante a suelo americano. Sus reuniones en los bosques eran generalmente en los bosques, y duraban por horas y hasta dias, con sinceridad
de corazón, entrega espiritual, comunión no fingida en los sacramentos, adoración con Salterio, ect.
La
narrativa toma como protagonista al primer ministro Presbiteriano Reformado en América, el Pactante, John Curthbertson.
John Curthbertson fue un verdadero Pactante, sus padres fueron Pactantes que sufrieron la persecucion por su fe. Sus estudios teológicos lo tuvo bajo grandes y respetados Teólogos Presbiterianos. Fue licenciado a predicar en 1745 y comenzó a ministrar a los Pactantes Escoceses. Originalmente fue enviado a ministrar a los Pactantes Irlandeses, pero a causa de la urgente necesidad de los Pactantes en América, fue enviado a este país en 1751. Rev. Curthberson se convierte entonces en el primer misionero "Presbiteriano Reformado" (Pactante) en América. El Dr. W. E. Mculloch dice de él:
"Verdaderamente, John Curthberson fue uno de los hombres mas nobles de Dios. un verdadero heroe de la cruz. El es el representativo de la heroica casa de misioneros de esa época. expertos y trabajadores en la tarea de edificar imperios, a quien nuestra y otras iglesias de Cristo deben una deuda incalculable."
Rev. Cuthbertson viajaba siempre a caballo, a menudo caminando y guiando a su caballo. El navegaba, caminaba sobre hielo, sobre el rio Susquehanna y otros rios. Cubrió una distancia de mas de 70,000 millas durante su ministerio. Guiado aparentemente por su compas, y los arboles, y dependiendo sobre el instinto de su caballo fiel; el peleó a traves de bosques virgenes, de un lugar a otro. Encontró nieves profundas, tormentas de nieve, lluvias torrentes y calor sancochante; mucho del tiempo, el estaba enfermo, de frio y hambre, asi como muestra sus diarios. Enfrentó a bestias salvajes, serpientes venenosas, Indios salvajes; aguas altas y profundas. Mucho de sus estudios fue hecho en estos largos viajes.
He aquí una narrativa del primer servicio de comunión de los Pactantes en América:
“Todo
el servicio
de Comunión ese
día sábado, 23 de agosto 1752
duró nueve horas. Pero por algunos doscientos cincuenta Pactantes que se reunieron en ese lugar, eso fue la primera comunión fuera de las Islas
Británicas.
El Anciano maestro en el Día del Señor que fue el Rev. John Cuthbertson, que fue el primer ministro Presbiteriano Reformado en las Colonias. Como el único, el había registrado cerca de 70,000 millas en los bosques de la América colonial, ministrando a los Pactantes dispersos en todos los lugares. A menudo, no había ningún edificio de la iglesia. Y adoraron en varios sitios llamados "tiendas de campaña". Esto consistía en un gran árbol, con un soporte de madera para el ministro, y otro para una Biblia, con bancas rusticas de madera para la gente, y nada más que el cielo abierto como el techo. En esta ocasión, se reunieron en la Carpa Junkin, justo al norte de la actual New Kingstown, Pensilvania.
La comunión en esta primera reunión en América duró cinco días, con tiempos de adoración en tres de los cinco días de la semana. El primer día, que era jueves fue un día de ayuno, con un sermón del reverendo Cuthbertson. Fichas de admisión se les dio a los calificados espiritualmente para participar, después de una exhortación para ese propósito. Los futuros miembros fueron examinados y recibidos en la congregación. El viernes y el sábado, no se llevó a cabo el culto público.
En los servicios del Sabbath (Dia del Señor),el Rev. Cuthbertson parafraseó el Salmo 15 y predicó de Juan 3:35: "El Padre ama al Hijo, y todas las cosas le dió en su mano." Después del sermón, hubo oración y el canto del salterio. Entonces el pastor habló de nuevo sobre el sacramento, prohibiendo a algunos a participar, e invitando a otros a la mesa del Señor. Los comulgantes llegaron, cantando el vigésimo cuarto Salmo, y se sentaron en las cuatro mesas como era la costumbre, para recibir los elementos de la cena sagrada. Después de la celebración de los servicios de mesa [santa cena], exhortó a los comulgantes y dirigió a todos en la oración. Luego se cantó una parte del Salmo 103.Después de un intervalo de treinta minutos, otro sermón fue predicado. Todo el servicio de adoración ese día de Comunión duró nueve horas.
Antes de que los fieles comenzaran irse a casa el Lunes, otro sermón fue proclamado como un recordatorio de despedida desde la Palabra de Dios.
Palabras por las cuales vivir:
Bien podríamos preguntarnos si la gente de Dios hoy día se sentaba a través de este
tipo de servicios de larga duración. Como un ministro comentó,
no habría muchos que se queden, excepto
el predicador, y muy probablemente
también él se sentiría como puede
salir!
¿Pero que decir
de estos primeros cristianos Americanos?
Ellos no tenían todos los privilegios de
los servicios semanales que gozan hoy muchas "mega" Iglesias, ni acceso a un
sinnúmero de libros cristianos y medios
de comunicación como los tenemos hoy a traves de la Internet. Lo que tenían,
ellos lo atesoraban, y exhibieron
un fervor espiritual que, con todos nuestros privilegios "espirituales,"
muchos cristianos e iglesias profesantes de hoy carecen de ese
mismo verdadero fervor espiritual.
Es increíble cuanto se apartado el Presbiterianismo moderno de sus raíces.
Es increíble cuanto se apartado el Presbiterianismo moderno de sus raíces.
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