jueves, enero 15, 2015

LA ORACION DE LOS PACTANTES PRESBITERIANOS Y LO QUE PODEMOS APRENDER DE ELLOS






ORACION REFORMADA PRESBITERIANA

El moderno evangelicalismo Americano (la cual es la versión Americana del siglo 19 del Cristianismo en todos los grupos evangélicos pentecostales en Latinoamérica) desconoce la esencia misma de la teología Reformada. Y esto se ve en el contenido de las oraciones. He aquí comparto con ustedes un extracto de la oración antes de la predicación del “Directorio para la adoración publica de Dios” de la Iglesia Presbiteriana de Escocia escrita por los Pactantes y ratificada por la Asamblea General de Escocia de 1643. 
Este extracto es de la sección de “Oración antes del Sermón.” Aunque fue escrito en el sigo 17 durante el reinado del rey Charles, su contenido no ha cambiado. Mis comentarios y sustituciones están en azul.  El documento es rico en elementos teológicos y muestra la doctrina original Presbiteriana Reformada Pactante. 

Debemos observar que cuando dice “religión” se refiere a la forma Presbiteriana de gobierno y sus doctrinas reformadas. Tambien es importantísimo notar que la teología Reformada Presbiteriana consideraba al Estado o Magistrado como instrumento para el avance de la fe Cristiana Reformada Presbiteriana, cumpliendo asi su papel de ministro de Dios para el bien de la Iglesia. 

Esta verdad es ignorada y rechazada por el moderno evangelicalismo moderno Americano anabautista y sus variantes. Parte de la oracion es el llamado a no solo avanzar el evangelio en todas partes del mundo, pero tambien a la destrucción de herejías que guerrean en contra del Cristianismo, en este respecto es relevante tomar en cuenta que los Pactantes mencionan al Islam como una religión "cruel."

Las oraciones Presbiterianas originales ERAN ORACIONES, era un momento de quebrantamiento y de mirar nuestra miseria humana pero al mismo para alcanzar misericordia que se extendía desde lo personal hasta el poder del Estado. Veamos como empezaba:

 “Después de leer la Palabra, (y el canto del Salmo,) el ministro que va a predicar, debe tratar de obtener que su propio corazón y la de sus oidores sean justamente afectados con sus pecados, para que ellos, puedan llorar en todo el sentido de la palabra ante el Señor, y que el hambre y la sed de la gracia de Dios en Jesucristo, proceda a una confesión más llena de pecado, con vergüenza y confusión santa de nuestras vidas, y pidan al Señor a este efecto:


 Reconocer nuestro gran pecado, En primer lugar, a causa del pecado original, que (al lado de la culpa que nos hace responsables a la condenación eterna) es la semilla de todos los demás pecados, y que ha depravado y envenenado todas las facultades y poderes de alma y cuerpo, ha profanado nuestras mejores acciones, y (si no fuera así, también hubiera profanado nuestros corazones renovados por la gracia) corrompiéndolos en innumerables transgresiones, y en grandes rebeliones contra el Señor, que nunca fueron cometidos por el más vil de los hijos de los hombres; y luego a causa de los pecados actuales, nuestros propios pecados, los pecados de los magistrados, de los ministros, y de toda la nación, de lo que somos de muchas maneras accesorios: nuestros pecados de los cuales recibimos muchos temerosos agravios, que después de haber quebrantado todos los mandamientos de la justa, buena y santa ley de Dios, haciendo lo que está prohibido, y dejando de hacer lo que se nos ordenó; y que no sólo debido a la ignorancia y la enfermedad, pero también más presuntuosamente, en contra de la luz de nuestras mentes, de nuestras conciencias, y en contra de los trabajos de su propio Espíritu Santo; por el contrario, pues no tenemos ninguna excusa por nuestros pecados; no sólo despreciamos las riquezas de la bondad de Dios, paciencia y longanimidad, pero también nos ponemos en contra de muchas invitaciones y ofrecimientos de gracia en el evangelio; no procurando, como conviene, para recibir a Cristo en nuestros corazones por la fe, o para andar como es digno de él en nuestras vidas.


Para la propagación del evangelio y el reino de Cristo a todas las naciones; por la conversión de los Judíos, la plenitud de los gentiles, la caída del Anticristo (Papado), y la aceleración de la segunda venida de nuestro Señor; por la liberación de las iglesias que estan en dificultades en el exterior de la tiranía de la facción anti-cristiana, y de las opresiones y blasfemias de los Turcos [Musulmanes] crueles; por la bendición de Dios sobre las iglesias Reformadas, especialmente a las iglesias y reinos de Escocia, Inglaterra e Irlanda, ahora unidos de manera más estricta y religiosa en la “Liga Nacional y del Pacto Solemnes;” y por nuestras plantaciones [de Iglesias] en las zonas más remotas del mundo: más particularmente por  la Iglesia y el reino de lo cual somos miembros para que Dios establezca allí  la paz y la verdad, la pureza de todas sus ordenanzas, y el poder de la piedad; para prevenir y eliminar la herejía, el cisma, la profanidad, la superstición, la seguridad en nosotros mismos y la esterilidad espiritual bajo los medios de gracia; para sanar todas nuestros quebrantos y divisiones, y que nos preserve del incumplimiento de nuestro Pacto Solemne.


Orar por todos los que están en autoridad, especialmente por el presidente; para que Dios lo enriquezca en bendiciones, en su persona y gobierno; establezca su presidencia sobre la religión [Presbiterianismo]  y justicia, que lo proteja de consejos impíos, y lo haga un bendito y glorioso instrumento para la conservación y propagación del evangelio, para el fomento y protección de aquellos que hacen el bien, y que sea el terror de todos aquellos que hacen el mal, y de gran bien para toda la iglesia, y de todo su gobierno soberano; para la conversión espiritual del congreso.


Que la educación religión del príncipe, y el resto de los descendientes reales…: para una bendición sobre la corte alta del parlamento, la nobleza, los jueces subordinados y los magistrados, el pueblo y la comunidad. Para todos los pastores, y profesores, que Dios los llene con su Espíritu, los haga ejemplos santos, sobrios, justos, hacedores de paz, llenos de gracia en sus vidas; sanos, fieles, y poderosos en sus ministerios; y que sigan todos sus labores con la abundancia de éxito y bendiciones; y dar a todo su gente pastores de acuerdo a sus propios corazones; para las universidades, y todas las escuelas y seminarios religiosos de la iglesia y la comunidad, para que ellos puedan florecer mas y mas en aprendizaje y piedad; para tal particular ciudad o congregación, que Dios derrame su bendición sobre el ministerio de su palabra, sacramentos y disciplina, sobre el gobierno civil, y todas las familias y personas dentro de ella, por misericordia al afligido que esta por problemas internos y externos, por un clima fructífero que de frutos a su tiempo, como el tiempo requiera. Para evitar los juicios que sentimos o tememos, o son responsables como la hambruna, pestilencia, la espada y cosas semejantes.”

La riqueza y pureza y profundidad de la oración Presbiteriana Reformada Pactante original se debe a su gran contenido Bíblico teológico Pactal. Lamentablemente hoy en día se ha perdido esta profundidad en la oración en las congregaciones. Aun en el presbiterianismo moderno, el cual ha dejado sus raíces históricas y teológicas, no existe esta riqueza en la oración.Volvamos a nuestras raíces verdaderamente Reformadas, y no sigamos a los oportunistas "neos" que pretenden ser lo que no son.

por Caesar Arevalo
Iglesia Presbiteriana Reformada
La Brea, California

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