LA VERDAD

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domingo, enero 05, 2014

ANDREW MELVILLE y la MAGISTRATURA CIVIL




Andrew Melville (1545-1622)

Andrew Melvlle nació en Escocia, un año antes que Lutero muriera. Fue contemporáneo de Calvino, Knox, Beza y otros Reformadores. Durante su vida los mas significantes eventos de la Reforma se llevo a cabo: El Concilio de Trento, la ejecución de Michael Servetus, la fundación de la academia en Ginebra en donde conoció en persona a Juan Calvino,  la Confesión Belga, la Masacre de Bartolomé, el catecismo de Heidelberg, la segunda confesión Helvética, publicación de los cinco artículos de los remonstrantes, la versión de la Biblia del rey James, Sínodo de Dort, Separatistas llegan a las costas de America, entre las más resaltantes.  

Melville dominaba el Latin y Griego y a tierna edad ya leía las obras Aristóteles en Griego, una verdadera hazaña en ese tiempo y también ahora.

Estudió en la Universidad de St. Andrews, luego viajo a Francia y siguió sus estudios en la Universidad de Paris. De allí viajo a Ginebra y fue recibido por Teodoro Beza, discípulo de Calvino. Melville estuvo cinco años en Ginebra y fue nombrado académico principal del departamento de Humanidades en la academia en Ginebra. Fue aquí que aprendió mas lenguas como el Siriaco y se beneficio de los grandes eruditos que huyeron de Francia a raíz de la masacre de San Bartolome 1572.

Melville retornó a Escocia en 1574 y casi inmediatamente recibió su posición como Director de la Universidad de Glasgow a los 29 años de edad. Su experiencia amplia mientras estuvo en Europa le amplió sus horizontes intelectuales y transformó las Universidades de St. Andrews, Glasgow, Aberdeen y Edimburgo.  Enseño teología, Hebreo, Caldeo, Siriaco, y languajes Rabinicos. En 1578 participó en la Asamblea General y ayudó a la organización de la Iglesia Presbiteriana. 

Melville escribió extensamente, aquí tenemos un extracto de su comentario sobre Romanos 13:15 sobre la magistratura civil:

1. Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. 3 Los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno y serás alabado por ella, 4 porque está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para hacer justicia y para castigar al que hace lo malo. 5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia,


Comentario de Melville sobre Romanos 13:1-5 (traducido originalmente por J M Wilson)

" Este precepto en cuanto a la obediencia a los magistrados, en los que como consecuencia de la relación mutua de los sujetos hacia los magistrados y de magistrados hacia los sujetos, cada deber civil está contenido, es un precepto universal (versículo 1), ningún hombre de cualquier clase está exceptuado. La palabra sujeción (upotassestho) ha sido prescrita a las supereminentes (uperecousais) autoridades: en el que la palabra se presume tácitamente un argumento para la sujeción, es decir, en la antítesis entre las preposiciones "uper” y “upo”: si los gobernantes se colocan en el grado superior, la sujeción se debe a los mismos desde los inferiores. Un segundo argumento es que la magistratura legítima es de Dios, cuya autoridad Pablo llama “exousian” lícita, no sin ley, o una licencia sin restricciones. Como dijo Melanchton, «La autoridad se debe distinguirse de la persona; Pablo amaba la organización civil y la autoridad, pero a Nerón y Calígula, Pablo los execró como monstruos de la naturaleza, los instrumentos del diablo, y las plagas de la raza humana."

 El tercer argumento se deriva del hecho que es una orden divinamente constituida bajo Dios, para la gloria de Dios. Por lo que interpreto “upo theou tetagmenai,” significando, no tanto "por Dios", que ya se había sido dicho antes, los "poderes ordenados” bajo Dios [ Melville aquí aduce una serie de casos de escritores clásicos confirmando su interpretación]: el cual él llama, con el artículo, “Tav ousas exousias,” como si fuera a decir “tas outos exousias”- pero poderes que son realmente como tales, y merecen ese nombre. Por tanto, una impía e injusta tiranía, que ni es de Dios como tal, ni está en absoluto acuerdo con la ordenación divina, Pablo lo excluye como autoridad ilegítima de esta obediencia legítima; a menos que en cualquier momento puede parecer bueno a Dios el imponer incluso sobre su propio pueblo un gobierno tiránico la varilla paterna para su castigo, - porque entonces, en efecto, deben someterse a ella, siempre y cuando no ordenen nada impío para con Dios, o injusto hacia los demás – pues en tales casos la autoridad será rechazada.".

"En el versículo 2, concluye, a partir de los argumentos segundo y tercero, que los que se resisten a Dios y al juicio de Dios, resisten el poder divino, y por lo tanto atraen sobre sí el juicio, es decir, la condena y la ruina: que a su vez constituye el cuarto argumento- la inutilidad y nocividad de la desobediencia. 

En el versículo 3 el da la razón de por qué las autoridades que no deben ser resistidas son de Dios y ordenadas por Dios: agregando un quinto argumento a favor de la obediencia - 'Los Magistrados no son el terror a las buenas obras, sino para lo malo,' por lo tanto son de Dios, y son su ley, y deben ser obedecidos; pues los magistrados de los cuales hablamos no son tiranos irrazonables , sino príncipes amables y justos por el cual los castigos han sido designados para los malvados y las recompensas para el bueno.” Esto el Apóstol Pablo lo prueba (versículo 4) del hecho que el magistrado es servidor de Dios para el bien de la Iglesia y el bien de los hombres, y para la venganza sobre los inicuos al infligir castigo sobre ellos. 

Por lo tanto él concluye, la sujeción (versículo 5) es necesaria por una doble razón para escapar de esta venganza, y para la preservación de una buena conciencia, y más por "motivos de conciencia, que por miedo al sufrimiento. Por lo tanto es bueno que a los príncipes y magistrados legítimos, de quienes el apóstol aquí trata y tan gráficamente describe, se le de toda obediencia legítima que es debido."



por Caesar Arevalo

FUENTE:


International Association of Scottish Philosophy


MELVILLE ON ROMANS 13:1-5

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